¿CÓMO ATENDER A LAS DIFICULTADES
EMOCIONALES DE LOS NIÑOS CON TDAH?
Localizar y reforzar su fuente
de motivación
Todos los niños presentan
motivación por algo en concreto, cuando la actividad que están realizando es
motivadora para ellos, tendremos mayores posibilidades de éxito.
Refuerzo positivo
La mayoría de los niños con TDAH
está muy acostumbrados a que les castiguen, a que les regañen, a ser los malos…
si cambiamos la perspectiva y utilizamos el refuerzo positivo como método de
modificación de conducta, ellos mismos empezarán a ver su vida desde otro punto
de vista.
Disciplina inductiva
Está relacionada con el refuerzo
positivo. Si somos conscientes de las dificultades que tienen estos niños para
regular ciertos comportamientos, debemos de enfocar nuestra intervención a
partir de la comprensión de estas dificultades e inducir el buen comportamiento
desde el cariño, en vez de juzgar y sancionar el comportamiento no esperado.
Entrenamiento de control de la
impulsividad para mejorar relaciones sociales y por lo tanto su estado
emocional
Desde la intervención en
funciones ejecutivas o Habilidades Sociales podemos ayudar a los niños con TDAH
a controlar su impulsividad, lo cual
repercutirá directamente en sus relaciones sociales y por lo tanto en sus
emociones.
Mejorar su autoestima,
hacerles útiles
La autoestima es un elemento
esencial de la personalidad necesario para ser felices. La autoestima de los
niños con TDAH mejorará si el feedback de las personas que le rodean es
positivo, si no, sentirán que no hacen nada bien, que no son útiles.
Por lo tanto, tenemos que tratar
de proponer actividades que les aporten éxitos, útiles para su vida diaria y
para los demás, de repercusión en su círculo social.
Este aspecto está muy relacionado
con la motivación, si buscamos la fuente de motivación de cada alumno, en
seguida, le encontrarán una utilidad a sus acciones.
Alternar actividades de éxito
asegurado con otras que les supongan un reto
Manteniendo el nivel de exigencia
que cada alumno puede llegar a desarrollar, debemos alternar actividades en las
que se tengan que esforzar para conseguir un objetivo y por lo tanto “ganen o
pierdan”, con actividades que les proporciones un éxito asegurado, esto hará
que su autoconcepto mejore y no tengan la sensación de que “todo lo hacen mal”
o “no son capaces”.
Anticipar los acontecimientos
y establecer rutinas
Esos niños tienen dificultades
para asumir y comprender los cambio, necesitan unas rutinas muy establecidas y
una anticipación de los cambios un tiempo prudencial antes de que se produzcan.
En niños pequeños se pueden
anticipar estas rutinas mediante imágenes o pictogramas, los mayores puedes
hacer su propia tabla de rutina.
Programar objetivos a corto
plazo y realizables
Debido a sus dificultades
atencionales, estos niños necesitan ver cumplidos sus objetivos en un periodo
corto de tiempo, por ello es necesario que se marquen objetivos realizables a
corto plazo.
Por otro lado tenemos que tener
muy en cuenta las características y necesidades educativas propias de cada
alumno, para no caer en el error de proponerle objetivos demasiado difíciles o
imposibles de conseguir en cada caso.
Marcar claramente el inicio y
el final de las actividades
Estos niños a veces tienen
dificultades para saber donde comienza y sobre todo donde termina una tarea,
muchas veces porque se pierden en el proceso y no consiguen llegar al final.
Por ello es necesario marcarles de una forma muy clara cuál es el inicio y el
final de cada tarea y cuál es el objetivo concreto que se pretende conseguir
con la acción que están realizando.