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lunes, 24 de noviembre de 2014

¿NOS PARAMOS A PENSAR CÓMO SE SIENTEN ELLOS? ALGUNAS SUGERENCIAS PARA ATENDER LAS DIFICULTADES EMOCIONALES DE NIÑOS CON TDAH

¿CÓMO ATENDER A LAS DIFICULTADES EMOCIONALES DE LOS NIÑOS CON TDAH?



Localizar y reforzar su fuente de motivación

Todos los niños presentan motivación por algo en concreto, cuando la actividad que están realizando es motivadora para ellos, tendremos mayores posibilidades de éxito.

Refuerzo positivo

La mayoría de los niños con TDAH está muy acostumbrados a que les castiguen, a que les regañen, a ser los malos… si cambiamos la perspectiva y utilizamos el refuerzo positivo como método de modificación de conducta, ellos mismos empezarán a ver su vida desde otro punto de vista.

Disciplina inductiva

Está relacionada con el refuerzo positivo. Si somos conscientes de las dificultades que tienen estos niños para regular ciertos comportamientos, debemos de enfocar nuestra intervención a partir de la comprensión de estas dificultades e inducir el buen comportamiento desde el cariño, en vez de juzgar y sancionar el comportamiento no esperado.

Entrenamiento de control de la impulsividad para mejorar relaciones sociales y por lo tanto su estado emocional

Desde la intervención en funciones ejecutivas o Habilidades Sociales podemos ayudar a los niños con TDAH a controlar su impulsividad,  lo cual repercutirá directamente en sus relaciones sociales y por lo tanto en sus emociones.

Mejorar su autoestima, hacerles útiles

La autoestima es un elemento esencial de la personalidad necesario para ser felices. La autoestima de los niños con TDAH mejorará si el feedback de las personas que le rodean es positivo, si no, sentirán que no hacen nada bien, que no son útiles.
Por lo tanto, tenemos que tratar de proponer actividades que les aporten éxitos, útiles para su vida diaria y para los demás, de repercusión en su círculo social.
Este aspecto está muy relacionado con la motivación, si buscamos la fuente de motivación de cada alumno, en seguida, le encontrarán una utilidad a sus acciones.

Alternar actividades de éxito asegurado con otras que les supongan un reto

Manteniendo el nivel de exigencia que cada alumno puede llegar a desarrollar, debemos alternar actividades en las que se tengan que esforzar para conseguir un objetivo y por lo tanto “ganen o pierdan”, con actividades que les proporciones un éxito asegurado, esto hará que su autoconcepto mejore y no tengan la sensación de que “todo lo hacen mal” o “no son capaces”.

Anticipar los acontecimientos y establecer rutinas

Esos niños tienen dificultades para asumir y comprender los cambio, necesitan unas rutinas muy establecidas y una anticipación de los cambios un tiempo prudencial antes de que se produzcan.
En niños pequeños se pueden anticipar estas rutinas mediante imágenes o pictogramas, los mayores puedes hacer su propia tabla de rutina.

Programar objetivos a corto plazo y realizables

Debido a sus dificultades atencionales, estos niños necesitan ver cumplidos sus objetivos en un periodo corto de tiempo, por ello es necesario que se marquen objetivos realizables a corto plazo.
Por otro lado tenemos que tener muy en cuenta las características y necesidades educativas propias de cada alumno, para no caer en el error de proponerle objetivos demasiado difíciles o imposibles de conseguir en cada caso.

Marcar claramente el inicio y el final de las actividades


Estos niños a veces tienen dificultades para saber donde comienza y sobre todo donde termina una tarea, muchas veces porque se pierden en el proceso y no consiguen llegar al final. Por ello es necesario marcarles de una forma muy clara cuál es el inicio y el final de cada tarea y cuál es el objetivo concreto que se pretende conseguir con la acción que están realizando.

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